¿Sufres de incontinencia urinaria? Entérate
A pesar de que posiblemente esté asociada a los bebés o a los adultos mayores, la incontinencia urinaria se puede producir en casos inesperados. Esta se define como la pérdida involuntaria de orina, en la que el paciente tiene una necesidad imperante y repentina de orinar, pero a la vez es incapaz de retener la misma. Se puede producir por falta de control de esfínteres, como es en el caso de los niños, o por pérdida en esa capacidad contentiva en los ancianos.
Estos escapes de orina pueden producirse al reír, estornudar o hacer algún ejercicio que implique presión en la zona de la vejiga. Es evidente que producirá vergüenza a quien la padezca. Puede implicar problemas higiénicos, sociales y psicológicos. Esta reduce la calidad de vida de quien la padezca e influye directamente en sus actividades cotidianas. Es por ello que se plantean estrategias para brindar mejoras en los casos, claro está, que puedan favorecer una mejor calidad de vida.
Es importante definir que la incontinencia urinaria no es una enfermedad, se trata de una alteración en la etapa del llenado de la vejiga. Esta situación afecta a más del 15% de los mayores de 65 años y representa el 35% de los ingresos hospitalarios de personas de estas edades.
Puede producirse cuando la presión dentro de la vejiga es mayor a la que existe en la sección uretral. A pesar de que en cada caso hay aspectos particulares, los principales motivadores pueden ser:
- Problemas neurológicos, que dificultan el correcto procesamiento de los comandos cerebrales para controlar los esfínteres.
- La alteración del esfínter externo y los músculos del suelo pélvico por su deterioro.
- Por el fallo del esfínter ante una relajación fuera de tiempo, o bien por alguna lesión orgánica.
Sintomatología
El síntoma más definitorio de la incontinencia urinaria es la pérdida de orina cuando se tose o estornuda. También al someterse a actividades físicas o en las relaciones sexuales. Es notable en personas mayores o niños en sus etapas de aprendizajes pues mojan la cama con orina durante las noches. Es por ello que en algunos casos se sugiere utilizar pañales para poder medir las cantidades de líquido expulsado en los períodos de sueño. Así se puede estimar si es por un daño de esfínteres o por accidente urinario, que también es posible y hay que saber distinguir de la incontinencia como situación patológica.
Patrón de prevención
A pesar de la particularidad de cada caso, pues hay variaciones sintomáticas para cada grupo etario, existen recomendaciones generales. Algunas pueden ser:
- Seguir una dieta equilibrada en la que se evite el sobrepeso. Así se logrará reducir la presión intraabdominal, y, por ende, la presión en los esfínteres de la vejiga.
- Evitar el consumo excesivo de bebidas altas en agua carbonatada, cafeína, alcohol o cítricos.
- Limitar el consumo de comidas picantes, pues los ácidos de algunos agentes picosos pueden afectar los esfínteres.
- Evitar el estreñimiento mediante el consumo de alimentos ricos en fibra.
- Reducir, en casos posibles, el consumo de diuréticos, para reducir las ganad de orinar.
La incontinencia, como mencionábamos anteriormente, no debe ser vista como una enfermedad pues depende de perjuicios orgánicos. Es más bien una situación derivada del deterioro propio del cuerpo, en caso de adultos mayores. O, por el desconocimiento en el manejo de la situación, para los pequeños del hogar.
Nuestro equipo está capacitado para atender casos como el tuyo. Si sufres de incontinencia, no dudes en visitar a nuestros urólogos para recibir las instrucciones necesarias para tu recuperación.