La peor primavera para los alérgicos
Los expertos recomiendan la inmunoterapia como la mejor alternativa y alertan de que la situación puede alargarse hasta final de junio – Hasta un 20% de los pacientes puede desarrollar asma bronquial si se complica la sintomatología
A estas alturas de la primavera a prácticamente nadie le sorprende que los expertos adviertan de que se trata de una de las peores de la historia para los alérgicos, pues todos tenemos a alguien cerca que padece sus envites. Tampoco que los motivos obedezcan al buen tiempo reinante durante un invierno escaso en lluvias y con largos periodos de buen tiempo. La ausencia de precipitaciones y las altas temperaturas propiciaron el inicio de algunas polinizaciones antes de tiempo. Muchas continúan en el ambiente para desgracia de los alérgicos, que pasan por la peor primavera de la última década.
Nuestro alergólogo – Dr. Gonzalo Campos, admite que antes de la llegada de esta estación ya se esperaba que fuera complicada. «Depende de que las lluvias caigan en las fechas adecuadas y de que haya temperaturas elevadas antes de la polinización. Todo eso se ha dado», apunta el alergólogo. En la actualidad, uno de los pólenes que están complicando más la sintomatología es el de olivo. Los dos factores fundamentales que hacen que el polen de olivo sea un potente sensibilizador son por una parte la fuerte presión ambiental que ejerce su intenso cultivo y por otra que es un polen que pesa muy poco, lo que facilita que permanezca en el aire en elevadas concentraciones, y que pueda transportarse a decenas de kilómetros de distancia.
Actualmente en España, un 33% de la población padece algún tipo de alergia, siendo aproximadamente la mitad la que tiene problemas con pólenes. Es decir, ocho millones de españoles y, extrapolando, más de 200.000 malagueños están sufriendo los efectos de una intensa primavera. «Ahora se está notando muchísimo, el polen está a unos niveles muy altos», señala el doctor Campos, que señala que la previsión de lluvias es fundamental para el curso de los síntomas de las alergias. Según el médico, este año contrastará con el pasado, pues no se esperan grandes lluvias en las próximas semanas. «A primeros de junio del año pasado hubo lluvias que se llevaron el polen al suelo y en esa fecha no tuvo fuerzas por remontar. Este año nos vamos a meter en junio y en interior puede que hasta julio», apuntó.
El doctor anuncia que, además de suponer un problema de salud para los alérgicos de toda la vida, en esta primavera está debutando mucha gente nueva como alérgica. Reconoce que esta circunstancia no es nueva y que los principales condicionantes son exponerse a la fuente alergénica y tener un componente genético. «Tener alergia es que aparezcan síntomas. El problema es que muchos pacientes pasan en años complicados de padecer una simple rinitis a asma».
Hasta en un 20% de los pacientes se puede desarrollar asma bronquial, con tos seca, sibilantes o pitos, presión torácica y falta de aire, que puede presentarse a modo de crisis asmáticas requiriendo asistencia en Urgencias para recibir aerosolterapia.
El propio Gonzalo Campos admite que la alergia se padece toda la vida y que uno de cada tres termina por desarrollar esta complicación respiratoria. «Lo ideal es que cuando aparecen los síntomas se intenten solventar y, al finalizar, hacer un estudio para ver si el paciente es candidato de inmunoterapia».
Actualmente es el único tratamiento que está demostrado que actúa deteniendo el curso natural de la enfermedad alérgica. Se recomienda iniciar el tratamiento con vacunas antialérgicas nada más finalizar la primavera, para así poder acumular un «efecto protector» suficientemente grande a la hora de enfrentarse con el polen en sucesivas temporadas. La inmunoterapia puede ponerse en un mínimo de tres años y en un máximo de cinco. Aunque lo normal es pautarla de manera mensual aunque otros solo se la ponen unos meses.
«La vacuna bien prescrita es muy eficaz, el problema es que hay mucho intrusismo», señala el coordinador de AlergoMálaga, que destaca que muchos profesionales pautan las vacunas sin criterio y esto da una rentabilidad igual a cero y la inmunoterapia no sirve para nada.
«Normalmente cuando el alergólogo especialista pone la vacuna la tasa de efectividad es cercana al 90%», apunta el experto, que señala que con ello los pacientes mejoran en alrededor de un 50% de los casos. Aún así, es variable. «Hay a quien se le quitan del todo y otros a los que no y se les retira el tratamiento», apunta el experto.