La automedicación: el peor error
Nos encontramos en un contexto social en el que es cada vez más posible acceder a medicinas sin la necesidad de una receta médica. Esto implica, de una forma bastante importante, una serie de consecuencias para nuestra salud en aquellos casos en los que más bien tratamos de cuidarla. Uno de los principales riesgos es la automedicación.
El uso desmedido de los medicamentos es un símbolo relacionado directamente con síntomas de la hipocondría. Esta es una patología en la que los pacientes piensan que padecen determinada enfermedad de alta gravedad tras sentir algún síntoma o quizás sin sentirlo. Esta es, en palabras más sencillas, una actitud en la que el individuo se posiciona ante una enfermedad. Estas personas se someten, constantemente, a análisis minuciosos y obsesivos.
Aunque la automedicación se está haciendo más familiar con la costumbre de cada casa, nunca estará demás encontrar las formas saludables para prevenirlas. Todo esto es importante para no hacer de los medicamentos un enemigo en el hogar.
Hay que tener en cuenta que auto medicarse es ya una costumbre en todos los hogares y esto, determinantemente, deriva en riesgo para las personas. Los medicamentos más utilizados de una forma riesgosa al no contemplar la receta de un médico pueden ser:
Medicamentos
- El ibuprofeno permite aliviar las migrañas y fuertes dolores de cabeza, pero cuando su consumo carece de aval de un médico y es descontrolado, puede dañar nuestros riñones.
- El uso de sedantes puede llevar a un profundo estado de relajación. Sin embargo, pueden deprimir al sistema nervioso central, esto quiere decir que hacer bajar su frecuencia de funcionamiento.
- La aspirina, que funciona como analgésico efectivo. Es importante conocer que este medicamento afecta la mucosa del estómago cuando su consumo es excesivo. Tomarla por mucho tiempo puede llevar a tener úlceras gástricas. Es por esto que aquellos pacientes con alta sensibilidad gástrica, deben limitar su uso.
- Las píldoras anticonceptivas son cada vez más usadas, pero sin la recomendación de ginecólogos para su uso específico. Cuando no se consume la adecuada para cada caso hormonal, podrá provocar peligrosas variaciones.
- Los antibióticos son fenomenales cuando hay que eliminar alguna infección de nuestro cuerpo, pero cuando se consumen sin síntomas severos que impliquen su receta, son peligrosos. Estos pueden llegar a destruir el sistema de defensas del cuerpo, haciendo que en casos reales de infección no puedan proteger a nuestro cuerpo de la forma adecuada. Además de dañar el correcto funcionamiento de nuestros riñones, su eficacia se tornará nula con el paso del tiempo.
- Los diuréticos sirven para aquellos casos en los que la retención de líquidos origina daños para el paciente. No obstante, cuando su uso no es recomendado por un profesional de la salud, puede llevar a sufrir descompensación metabólica y por tanto provocar alteraciones fisiológicas.
- Los laxantes ayudarán a quienes padezcan de constantes episodios de estreñimiento. Sin embargo, cuando el uso de este medicamento se hace de forma obsesiva, irritará la mucosa intestinal. Y en casos de mayor gravedad, afectar la absorción de proteínas y vitaminas.
Lo importante está en el cuidado y prevención de la automedicación
Nuestra salud siempre va a mejorarse a raíz de las medicinas. Pero cuando su uso no cumple con las recomendaciones de un profesional de la salud, terminará por ser perjudicial para nuestra salud. Esa frase que versa “todo en exceso es malo” cobra sentido cuando el organismo se puede afectar. Es el único que tenemos. Hay que cuidarlo. Medicarse sí, pero cuando existe una receta y la recomendación apropiada de un médico.
Cada caso es tan específico como sus necesidades. Por eso te invitamos a consultar con nuestros especialistas. Podrás estar seguro de que tu medicación será solo la necesaria.