Cómo el estrés puede terminar siendo determinante en nuestras vidas
Puede sonar a lugar común cada vez más, pero el pensamiento que dice que el estrés afecta a nuestra salud cobra mucho sentido y debemos preocuparnos por él. Podemos escuchar a quienes nos rodean decir que sufren por estrés y creemos que puede ser una situación pasajera y común. Sin embargo, no valoramos cuánto puede llegar a afectar a nuestra salud en un tiempo prolongado.
Siempre nos encontraremos con momentos en los que el estrés podrá más que la paciencia que tratemos de poner. Habrá situaciones que provoquen inapetencia, dolores estomacales o en la espalda. Sin embargo, cuando estas situaciones se tornan desmedidas, es cada vez más frecuente que nuestro cuerpo comience a debilitarse y derive en síntomas que lo demuestran. Este estado de ansiedad también tiene como función advertirnos ante circunstancias de emergencia. Pero, cuando se tornan en exceso, podrá afectarnos de forma física, emocional y hasta mental.
Enfermedades asociadas
En años recientes las tasas de enfermedades coronarias han apuntado a un 12% de casos resultantes del estrés. Esta causa puede ser igual de grave que los problemas derivados del consumo del tabaco o la prexistencia de hipertensión. Viéndolo desde una perspectiva más científica, el estrés deriva en el deterioro del endotelio de las arterias, haciendo que se acumule grasa en ellas. Los efectos de la acumulación lipídica en los tejidos, conocemos ya, ocasiona graves daños a nivel cardíaco que pueden llegar a ser infartos o paros cardiorrespiratorios cuando no son tratados a tiempo.
Nuestro cuerpo se manifiesta ante el estrés de forma física, mental y emocional. Su función, hasta cierto punto, es proteger al cuerpo de los posibles agentes perjudiciales del exterior. Es así como busca mantenernos alerta antes de que nuestro cuerpo comience a recibir perjuicios que afecten de forma determinante nuestro estado de salud.
Cuando los pacientes no encuentran formas de canalizar el estrés, este se tornará en un grave síntoma de angustia. Algunos que pueden hacernos estar alerta de poder padecerlo puede ser el constante dolor de cabeza, náuseas, dolor en el pecho, tics nerviosos entre otros.
Su justificación
Hay expertos que explican que el nivel de estrés siempre dependerá de la perspectiva que se tenga. El efecto de cada situación que pueda generar en nosotros esos patrones de ansiedad. En la medida que los pacientes propensos a sufrir de stress, como se denomina en inglés, sepan hacer frente a las situaciones de forma pausada y tranquila, proveerán a su cuerpo, y sin darse cuenta, de salud vital.
Además, el estrés puede implicar algunas complicaciones derivadas. El aumento de peso es una de ellas. Esto se explica por el aumento en sangre de la “hormona del estrés”, el cortisol. Este suele activarse con este y aumenta el nivel de tejido adiposo en el cuerpo. Otro caso en los que puede afectar de forma perjudicial es en el del corazón. Unos estudios hechos en la Unión Europea reflejan como el 23% de los empleados más propensos a sufrir infartos son aquellos con trabajos estresantes.
El padecimiento de mala memoria también depende de la influencia que ejerce el cortisol. Este actúa sobre el cerebro en el proceso de formación de nuevos recuerdos. La caída del cabello o la aparición de acné suele aumentar. Por ejemplo, cuando los estudiantes se encuentran en fechas de exámenes.
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