Cáncer de Piel ¿Cómo evitarlo?
El sol es fundamental para la vida y tiene efectos tan positivos sobre el organismo como facilitar la síntesis de Vitamina D o mejorar nuestro estado de ánimo. Sin embargo, sus radiaciones ultravioleta tienen al mismo tiempo efectos negativos.
La radiación ultravioleta de tipo B (UVB) es la responsable de la aparición de quemaduras y de producir mutaciones en el ADN que pueden derivar en el desarrollo de cáncer de piel.
La radiación ultravioleta A (UVA) ha sido asociada al bronceado rápido y al fotoenvejecimiento prematuro de la piel (aparición de arrugas, manchas, etc.) aunque cada vez parece más obvia su relación con el desarrollo de cáncer de piel.
Respecto a las radiaciones visibles e infrarrojas, si bien hasta hace relativamente poco no se les daba importancia alguna, los últimos estudios postulan su posible papel también favoreciendo la producción de quemaduras e incluso el cáncer cutáneo.
La incidencia de cáncer de piel se ha triplicado desde 1960. El envejecimiento de la población, la reducción de la capa de ozono, el cambio en los hábitos de exposición solar y la cultura del bronceado, han sido factores determinantes de esta preocupante situación epidemiológica.
Factores de riesgo para el desarrollo de Cáncer de piel:
El principal factor de riesgo “evitable” para la mayoría de los cánceres de piel es una sobreexposición a la radiación ultravioleta, ya sea natural a través del sol o artificial debido a las cabinas de bronceado. En este sentido, la fotoprotección resulta una estrategia fundamental para reducir estos efectos no deseados.
¿Qué es el fototipo?
Los tipos de piel son diferentes según el color del pelo, los ojos y el riesgo para quemarse/broncearse. En función de estas tres variables, se distinguen cuatro fototipos. Los fototipos bajos (I y II) se queman fácilmente, no llegan a broncearse y tienen mayor riesgo de sufrir cáncer de piel.
FOTOTIPO I
FOTOTIPO II
FOTOTIPO III
FOTOTIPO IV
- FOTOTIPO I: Pieles que nunca se broncean y siempre se queman. Es típico de personas pelirrojas con ojos claros.
- FOTOTIPO II: Pieles que no siempre se broncean y en ocasiones se queman. Es típico de personas rubias con ojos claros.
- FOTOTIPO III: Pieles que siempre se broncean y raramente se queman. Es típico de personas castañas con ojos marrones o grises.
- FOTOTIPO IV: Pieles que siempre se broncean y nunca se queman. Es típico de personas con pelo negro y ojos muy oscuros.
Tipos de Cáncer de Piel:
Hay muchos tipos de cáncer de piel pero más del 90% se pueden agrupar en cáncer cutáneo no melanoma y melanoma.
Cáncer cutáneo no melanoma:
Engloba los dos tipos más frecuentes que se conocen como carcinoma basocelular y carcinoma espinocelular.
- Carcinoma basocelular: Es la forma más común de cáncer cutáneo y afortunadamente, la de mejor pronóstico. Se trata de un tumor que suele crecer lentamente, pero excepcionalmente produce metástasis a distancia.
- Carcinoma espinocelular: En su forma más superficial, que son las queratosis actínicas, es la forma más frecuente de cáncer cutáneo. El carcinoma epidermoide invasivo puede progresar en profundidad y superficie afectando a los tejidos vecinos y producir metástasis. Son especialmente agresivos los que se localizan en el labio o en la oreja y los que se desarrollan en pacientes inmunodeprimidos.
Melanoma:
Es el cáncer cutáneo más agresivo pero menos frecuente comparado con los dos anteriores. Si se diagnostica en fases precoces la curación es superior al 95% pero si el tumor ha crecido en profundidad, entonces existe mayor riesgo de metástasis. Este tipo de cáncer de piel suele afectar a personas jóvenes.
¿Podemos evitar el Cáncer de Piel?
Podemos reducir el riesgo de padecer un cáncer de piel con medidas de fotoprotección, ya que la principal causa evitable del cáncer de piel es la exposición solar y el uso de cabinas de bronceado. Debemos empezar a utilizar estas medidas desde las edades más tempranas, ya que en la infancia la inmadurez de nuestra piel nos predispone a la quemadura solar. Padecer estas quemaduras solares en la infancia duplica el riesgo de desarrollar un melanoma en la vida adulta.
Recomendaciones sobre Fotoprotección:
La fotoprotección es más importante en individuos de piel y/o ojos claros, que presentan un mayor riesgo de quemarse con el sol. La fotoprotección no sólo implica la aplicación de una pantalla solar en crema, sino que también incluye una serie de recomendaciones de tipo general:
- Evitar la exposición solar a mediodía (de 11 a 17h). A estas horas los rayos solares nos alcanzan de forma más perpendicular, y por ello, de forma más intensa.
- Utilizar gorro, ropa y gafas de sol adecuadas. Las prendas que más protegen son aquellas de colores oscuros y tejidos tupidos, y deben estar lo más secas posible. Las gafas de sol deben estar homologadas.
- Usar una crema de fotoprotección adecuada, y de forma correcta: Es necesario elegir una crema con al menos un factor de protección de 15 y que sea de amplio espectro. Debe aplicarse de forma “generosa” 30 minutos antes de exponerse al sol en todas las zonas de piel que no vayan a estar cubiertas por ropa, y se recomienda reaplicarla tras cada baño o cada 2 horas.
- Extremar las precauciones con los niños: Evitar exposiciones solares directas en menores de 1 año, y limitar el tiempo de dichas exposiciones en el resto (sobre todo en los menores de 3 años).
- Hidratarse adecuadamente: Beber abundante agua y zumos de frutas que ayudarán a compensar la pérdida de agua y el estrés oxidativo originado por el sol. (Esto es especialmente importante en niños y personas mayores).
- Recordar protegerse ante cualquier actividad diurna al aire libre: “El sol no está sólo en la playa”. No se puede olvidar esto al realizar deportes al aire libre, al ir al campo, al salir a pasear, al realizar tareas de jardinería, etc.
- Consultar el Índice de Radiación Ultravioleta (UVI) para conocer su intensidad en un determinado momento y en un lugar específico. Se puede consultar a través de la AEMET. Ante un índice UVI mayor o igual a 3, debemos iniciar medidas de protección solar al realizar cualquier actividad al aire libre.
- Buscar la sombra. Usar sombrillas y recordar que aunque de esta forma se evita la mayoría de las radiaciones solares directas, aún se está expuesto a radiaciones solares que nos llegan de forma indirecta.
- Recordar protegerse también en días nublados y bajo el agua. Los rayos solares pueden atravesar el agua, por lo que no por estar dentro de ella estamos protegidos. Igualmente, buena parte de las radiaciones ultravioleta atraviesan las nubes a pesar que no percibamos tanta luz o tanto calor.
- Examinar nuestra piel regularmente en la consulta del dermatólogo. Se recomienda llevar a cabo un examen de la piel al menos una vez al año para poder detectar posibles lesiones a tiempo. Si se encuentra alguna lesión nueva o se reconocen cambios en color, forma, tamaño o algún síntoma (picor, dolor, sangrado…) en algún lunar, es imprescindible consultar con un dermatólogo.
En resumen, ante la llegada del verano y nuestro deseo de estar bronceados o de disfrutar del mar o el aire libre, es conveniente consultar al dermatólogo para que nos asesore y explique sobre los riesgos del sol y qué hacer para disfrutar de nuestras vacaciones sin peligro con una buena fotoprotección.
Información redactada por la Dra. Inés Fernández Canedo, dermatóloga de Cenyt Hospital.