Lesiones por impacto
En época estival, es típico por imprudencia, uno de los riesgos de salud más importantes, en aguas recreativas, además de los ahogamientos, son las lesiones medulares por impacto, generalmente en la cabeza o en la columna vertebral.
Las lesiones en la médula espinal, pueden dar distintos grados de paraplejia o tetraplejia.
En las piscinas es típico el ahogamiento, bien por no saber nadar o en muchos casos, por accidentes al tirarse de forma imprudente de cabeza, en zonas poco profundas o de forma accidental, pudiendo perder el conocimiento por el impacto.
También al lanzarse desde rocas en alturas importantes, al mar de forma temeraria, pudiendo darse un golpe contra las paredes de las rocas, o el fondo del mar o rocas en la zona de caída.
El médico avisa del riesgo de lanzarse de cabeza al agua, ya que está práctica causa más del 70% de las lesiones medulares relacionadas con las actividades deportivas y recreativas en el agua. Por ello la sociedad española de pediatría, los pediatras solicitan el desarrollo de estándares europeos para las piscinas públicas que incluya:
-Señalización de la profundidad del agua
-Bordes de escalones coloreados
-Equipos de salvamento
-Tapas en los orificios de succión
-Implementar el uso de señales y símbolos de seguridad estandarizados como la prohibición de tirarse de cabeza
En caso de aguas muy turbias, sería difícil ver a los demás nadadores, objetos sumergidos, fondo de la piscina o mar, lo que supondría incrementar el riesgo de accidente por impacto. Además puede dar la impresión, de más profundidad, cuando en realidad no lo es. En caso de práctica de buceo, causaría la lesión por impacto, especialmente por buscar en aguas poco profundas y tropezar con obstáculos bajo el agua.
A la hora del baño, se recomienda evitar las zambullidas, que suponen cada año un 5% de las lesiones medulares, sobre todos en niños y adolescentes, un 80 al 90% de los afectados, tienen entre 15 a 25 años.
La protección cervical adecuada en el traslado o inmovilización tras el golpe, el tiempo transcurrido desde el ahogamiento y la aplicación precoz de la medidas de Reanimación Cardiopulmonar ( RCP ) por personal entrenado, resultan cruciales para mejorar el pronóstico en un ahogamiento.